INCREÍBLE, PERO CIERTO. Esto es parte de una investigación que realicé en el mes de enero de 2017, con el fin de documentarme para la novela de El Caballero Oculto (una obra que mezcla el desarrollo de una investigación policial y enigmas nórdicos milenarios).
En el verano del año 1970, en el municipio de La Puebla del Río (Sevilla), una fuerte erosión en la orilla del cauce del río Guadalquivir, provocó que quedara al descubierto el pecio de una embarcación. Medía una decena de metros. A su lado había unos palos de madera que, posiblemente, pertenecieran a un antiguo embarcadero. Cuando la noticia llegó a la capital de Andalucía, periodistas del periódico ABC Sevilla se desplazaron a la localidad para documentar el hallazgo.
A simple vista, parecía un drakkar (un barco dragón). La prueba del radiocarbono 14C determinó que se trataba de un navío de hacía 850 años. Es decir, del año 1120 y la era vikinga había finalizado en el 1066 con la Batalla de Hastings. La datación respondía a una época medieval entre los siglos XI-XII. Según el radiocarbono, no podía ser un drakkar. Simplemente, los tiempos no cuadraban. Existían cincuenta y cuatro años de diferencia entre un periodo y otro.
Tras recorrer la Facultad de Geografía e Historia de la ciudad y el Museo Arqueológico de Sevilla, uno de sus expertos me hizo saber algo que, hasta el momento, ignoraba y que cambió el rumbo de la investigación “que el raidocarbono 14C no era infalible y menos en un estudio de tan pocos años”.
El radiocarbono 14C puede verse alterado por varios motivos. Cabía la posibilidad de que la muestra examinada ya estuviera contaminada por material que contenía carbono. Además, en aquella época los seres humanos ya estábamos emitiendo cantidades industriales de dióxido de carbono y radiocarbono a la atmósfera. Aún así, esta prueba es el método más fiable de datación que tienen los arqueólogos.
Tenemos que tener en cuenta el contexto histórico ¿Qué hacía un barco vikingo bajo las aguas del río Guadalquivir en La Puebla del Río?
Pues, porque allí estuvieron los vikingos. En el mes de septiembre del año 844, aquellos guerreros nórdicos navegaron por el Guadalquivir y realizaron una incursión en Coria del Río, que en aquella época se llamaba Korah. En una hora, el municipio estaba en llamas y había sido saqueado. Por supuesto, dieron muerte a la mayoría de sus habitantes. Después, los hombres del norte se dirigieron a Sevilla, pero en pocas semanas, en la famosa Batalla de Tablada, el emir Abderramán II reunió sus ejércitos y consiguió expulsar a los hombres del norte de sus tierras.
Si los vikingos atacaron Coria del Río ¿por qué se halló el barco en La Puebla del Río?
Ambas localidades están muy próximas una de la otra, más que en aquella época no existía La Puebla del Río en sí, sino que era un territorio que pertenecía a Korah (Coria del Río).
Como curiosidad, se puede añadir que en el emblema de la localidad de Coria del Río se puede ver un barco muy parecido a un drakkar vikingo, aunque también existe otra hipótesis en la que se dice que es un navío fenicio.
El reconocido escritor Mario Villén Lucena, publicó un libró llamado 40 días de fuego. En esta obra, en forma de novela, describe, con una maestría única, el ataque vikingo que sufrió Coria del Río en el año 844.
Finalmente, en el navío hallado en el Guadalquivir en 1970, se podía ver claramente su armazón y la quilla. Poseía un lastre con bloques de mortero. Tenía las características de un auténtico barco vikingo. El buque fue trasladado al antiguo almacén de los tranvías de La Puebla del Río. Desgraciadamente, tres años después, en enero de 1974, en la celebración de la cabalgata de los Reyes Magos de la localidad, debido a un problema de espacio, se decidió quemar la madera de aquel navío.
Para algunos, es una pena que aquel tesoro arqueológico que podía proceder de la antigua Escandinavia acabara en las llamas, aún así siempre nos quedará recordar su historia.